Traducido por Aymenn Jawad Al-Tamimi.
¿Cuándo se permite que se violen las leyes morales? Cuando la comunidad islámica está perseguida. Eso es el impacto de la frase pequeña que se pasa fácilmente por alto, ‘la persecución es peor que la matanza’, que aparece en 2:217 y 2:191.
Los versÃculos 189-242 de Sura 2, ‘La Vaca’, responden a varÃas cosas que le preguntaron aparentemente a Mohamed los musulmanes ya que Alá empieza sus respuestas a Mohamed con ‘Te preguntan…’ (189, 215, 217, 219, 220, 222). Una de estas preguntas fue si se permitÃa luchar durante el mes sagrado, lo que discute Alá en 2:217.
El primer escritor de la vida de Mohamed, musulmán del siglo octavo que se llamaba Ibn Ishaq, proporciona el contexto de este versÃculo. Después de la Hégira, cuando Mohamed dejó La Meca para ir a Medina, los musulmanes comenzaron a atacar las caravanas de la tribu pagana Quraysh- la tribu de Mohamed él mismo que le habÃa rechazado. Mohamed él mismo lideró muchos ataques. Estos ataques ayudaron a un objetivo económico importante: proporcionar dinero para el movimiento musulmán. Una vez Mohamed envió a uno de sus lugartenientes más fidedignos, Abdulá bin Jahsh, junto con ocho musulmanes otros de forma que vigilasen una caravana de Quraysh en Nakhla, un asentamiento cerca de la Meca, y para que ‘descubrieran lo que hacÃan’.
Abdulá y su pandilla lo interpretaron como una orden para que atacasen la caravana de Quraysh que llegó pronto, llevando el cuero y las pasas. Sin embargo, fue el último dÃa del mes sagrado de Rajab cuando, según las tradiciones árabes antiguas, se prohibÃa luchar. Asà enfrentaban un dilema: si esperaran hasta que se terminase el mes sagrado, la caravana escaparÃa, pero si atacaran, pecarÃan por matar a la gente durante el mes sagrado. Se decidieron finalmente, según Ibn Ishaq, ‘a matar a tantos como fue posible y robar lo que tuvieron.’
Abdulá, regresando a Medina, reservó una quinta parte del botÃn para Mohamed. Pero cuando regresaron al campamento musulmán, Mohamed quiso ni tener ninguna parte del botÃn ni tener nada que ver con ellos, diciendo solamente: ‘No os mandé que luchaseis en el mes sagrado.’ Pero entonces reveló Alá 2:217, explicando que la oposición de Quraysh contra Mohamed fue más ofensiva al parecer de Dios que la violación musulmana del mes sagrado: el ataque fue por eso justificado: ‘porque la persecución es peor que la matanza.’ Los pecados de los que atacaron en Nakhla no fue nada en comparación con los pecados de Quraysh. Ibn Ishaq explicó este versÃculo: ‘han prevenido que sigáis el camino de Dios con su falta de creencia, y han prevenido que visitéis la mezquita sagrada, y os han expulsado de ella cuando estabais con su gente. Esto es una cosa más grave con Dios que matar a los que habéis matado’.
Una vez que recibiese esta revelación, Mohamed tomó el botÃn de Abdulá y a los prisioneros. Abdulá estaba muy aliviado, y preguntó: ‘¿Podemos esperar que sea como un ataque por el cual se dará el premio de los combatientes?’ Aquà respondió otra vez Alá con una revelación, diciendo que ‘los que luchan por Dios…pueden esperar la compasión de Dios’ (2:218). ‘Luchar’ aquà es jahadu (جَاهَدÙÙˆ) que es una forma de la yihad, y la yihad ‘por Dios’ o ‘la yihad en el camino de Alá’ se refiere siempre en la teologÃa islámica a la guerra yihadista, no a las interpretaciones más espirituales de la yihad.
Ibn Kathir, siguiendo a Ibn Ishaq, cuenta también este incidente que fue de gran importancia: lo bueno se puso identificado con cualquier cosa que beneficiase a los musulmanes, y lo malo con cualquier cosa que les hiciera daño, sin referirse a un estándar moral más grande. Los principios morales absolutos fueron abandonados por un principio de conveniencia. Sayyid Qutb explica que ‘el Islam es una forma de vida práctica y realista que no se basa sobre un dogma idealista rÃgido.’ El Islam ‘mantiene sus principios morales buenos,’ pero solamente cuando la ‘justicia sea establecida y lo malo se contenga’- es decir, solamente cuando la ley islámica controle una sociedad- se pueden ‘proteger y preservar las santidades’. Por eso, no es necesario que se protejan antes de eso.
Los versÃculos 211-216 les recuerdan otra vez a los judÃos todo lo que hizo Alá por ellos (2:211) y notan cómo los no creyentes se burlan de los musulmanes (2:212). 2:213 contiene brevemente la opinión islámica de la historia de salvación: Alá envió a profetas al mundo, y con ellos ‘mandó el libro en la verdad,’ y aun la ‘gente del libro’- generalmente los judÃos y los cristianos- estaban de acuerdo, excepto por ‘la contumacia egoÃsta’. Pues Alá les dirigió a los musulmanes a la verdad sobre la que no estaba de acuerdo la gente del libro. Ibn Kathir explica que no estaban de acuerdo sobre ‘el dÃa de convención’: ‘los judÃos lo hicieron el sábado y los cristianos el domingo. Alá les dirigió a la umma (comunidad) y a Mohamed al viernes.’ No estaban de acuerdo también sobre la dirección de rezar (qiblah), las posturas de oración, ayunar y la verdadera religión de Abraham: ‘Los judÃos dijeron, ‘Fue judÃo,’ y los cristianos le consideraron como un cristiano. Alá le ha convertido en un hanif’- es decir, monoteÃsta pre-islámico.
2:216 ruega que los creyentes luchen, aunque ‘no lo amen’. Maulana Bulandshahri explica esta opinión tradicional: ‘Mientras que los musulmanes estaban en La Meca, estaban débiles y pocos y no tuvieron nunca ni la capacidad ni el permiso divino de yihad (la guerra santa). Después de inmigrar a Medina, se ordenó que luchasen a sus enemigos para defenderse, como un versÃculo de Sura Hajj (el capÃtulo 22 del Corán) afirma: ‘Se ha permitido que los que son atacados puedan luchar porque sufren la opresión’ (22:39). Después se ordenó que luchasen contra los no creyentes aunque no inicien la agresión.’ Bulandshahri fue teólogo moderno, pero esta opinión de las tres etapas de desarrollo en la doctrina del Corán sobre la guerra se halla en la obra del siglo octavo de Ibn Ishaq, y en las escrituras de los teólogos tradicionales islámicos por todas las épocas, incluso Ibn Kathir, Ibn Qayyim, Ibn Juzayy, y muchos otros.
2:219 se refiere al consumo de las bebidas alcohólicas y al juego. VarÃas autoridades tempranas- Ibn ‘Umar, Ash-Sha’bi, Mujahid, Qatadah, Ar-Rabi’ bin Anas y ‘Abdur Rahman bin Aslam- dicen que fue el primero de tres versÃculos que se revelaron sobre este tema, y eso harÃa que los dos otros tuvieran prioridad. Aquà Alá dice que hay ‘beneficio’ en el alcohol, pero en 5:90 se afirma que es la ‘obra de Satán’, lo que hace que el alcohol no se vea más como ser de beneficio.
2:221 prohÃbe que los musulmanes se casen con ‘las hembras no creyentes’. Ibn Kathir cuenta mucho desacuerdo entre las autoridades islámicas sobre si esta prohibición se aplica a las mujeres judÃas y cristianas, o solamente a las politeÃstas. No obstante, nota que hay Ijma’- acuerdo- entre las autoridades islámicas que tales bodas se permiten, aunque por supuesto las mujeres musulmanas no pueden casarse, según todas las escuelas de la ley islámica, con los hombres judÃos y cristianos. En una cultura que requiere que las hembras sean de manera total serviles hacia los hombres, estas leyes desiguales garantizan que las comunidades no musulmanas se quedan sojuzgadas, no disfrutando ni de la igualdad de derechos ni de la igualdad de dignidad con los musulmanes.
La semana que viene: Cuando posiblemente se necesite un ‘marido temporal’, y una exploración de la cuestión tan controvertida sobre lo que significa que ‘no hay coacción en la religión’